La sequía extrema que se vivió en Irak a principios de 2022 dejó al descubierto una ciudad de 3.400 años de antigüedad, la cual permaneció oculta en las aguas del río Tigris y actualmente es estudiada por un equipo de arqueólogos alemanes y kurdos, informó la Universidad de Tübingen.
Se trata de un antiguo asentamiento ubicado en Kemune en la región de Kurdistán de Irak, y el cual, según los investigadores, podría ser la antigua Zakhiku, que se cree que fue un centro importante en el Imperio Mittani (ca. 1550-1350 a. C.).
Tras su descubrimiento, los investigadores lograron mapear en gran medida la ciudad. Además de un palacio, que ya había sido documentado durante una breve campaña en 2018.
Entre los descubrimientos se hayan otros edificios grandes: una fortificación masiva con muros y torres, un edificio de almacenamiento monumental de varios pisos y un complejo industrial.
A todo esto, también se sumó el descubrimiento de cinco vasijas de cerámica que contenían un archivo de más de 100 tablillas cuneiformes, las cuales se estima datan del periodo asirio medio y podrían ser cartas, pues aun se encuentran en sus sobres de arcilla.
Los arqueólogos esperan que el descubrimiento de estos objetos ofrezca información relevante sobre el final de la ciudad del período Mittani y el comienzo del dominio asirio en la zona.
Una excavación contra el tiempo
El suceso imprevisto puso a los arqueólogos bajo una presión repentina para excavar y documentar, al menos en partes, esta gran ciudad lo más rápido posible, antes de que volviera a sumergirse.
El arqueólogo kurdo Hasan Ahmed Qasim, presidente de la Organización de Arqueología de Kurdistán, y los arqueólogos alemanes Ivana Puljiz (Universidad de Friburgo) y Peter Pfälzner (Universidad de Tubinga) decidieron emprender excavaciones de rescate conjuntas en Kemune.
Las excavaciones tuvieron lugar en enero y febrero de 2022 en colaboración con la Dirección de Antigüedades y Patrimonio en Duhok (región del Kurdistán de Irak).
En cuestión de días se formó un equipo para las excavaciones de rescate. La financiación del trabajo se obtuvo a corto plazo de la Fundación Fritz Thyssen a través de la Universidad de Friburgo. El equipo arqueológico germano-kurdo trabajó a contrarreloj porque no estaba claro cuándo volvería a subir el agua del embalse.
En poco tiempo, los investigadores lograron mapear en gran medida la ciudad. Además de un palacio, que ya había sido documentado durante una breve campaña en 2018, se descubrieron varios otros edificios grandes: una fortificación masiva con muros y torres, un edificio de almacenamiento monumental de varios pisos y un complejo industrial.
Clarín