¿Será posible?

¿Podremos los mexicanos realizar este domingo unas elecciones realmente democráticas y confiables? Para quienes pensamos que es el momento idóneo para la reconciliación nacional, a menos de 72 horas de que se abran las casillas para votar, los mexicanos debemos estar preparados para afrontar el desafío que tenderemos encima, y lo que debemos hacer y prevenir es desechar el miedo y descartar el triunfalismo.

El fraude no podrá contra una participación ciudadana masiva, el voto multitudinario es el mejor antídoto contra las trapacerías tradicionales de compra y coacción al sufragio, es un freno natural a la corrupción, a los ríos de dinero que el sistema imperante vierte e invierte para imponer a sus candidatos y asegurar la subsistencia de la corrupción.

El vocablo voto, posee una connotación religiosa ya que remite al sentido de ofrenda o promesa y ese significado subsiste hasta hoy; aunque también es definido como opinión emitida por cada una de las personas que votan y es la fórmula que crea se crea un vínculo entre gobernantes y gobernados de forma tal, que éstos tienen el poder de retirarles a los primeros el poder que en un determinado momento les confirieron.

El acto de votar es algo que individualmente no lleva más de un minuto y que podría juzgarse como muy simple, sin embargo tiene un impacto definitivo en la construcción de las relaciones políticas de las naciones modernas, es la única forma de contener al infierno electoral que se ha vivido en recientes elecciones, como las del Estado de México y la de Coahuila en las que se presentaron un cúmulo de irregularidades que sembraron la sospecha y en las que subsiste la duda sobre el triunfo legal y legítimo de los candidatos.

La voz del pueblo que se expresa en las urnas es un conjunto amplio y complejo de procedimientos, con múltiples formas de organización, de expresión de expectativas, de necesidades, propuestas y diagnósticos de donde surge el atributo de la tolerancia como derecho de todos a expresarse y como garantía para que la pluralidad pueda recrearse de manera civilizada. El voto legalmente emitido es la voluntad del pueblo que decide cuáles opciones y a cuáles candidatos prefiere, y quienes obtengan la ventaja legítima y legalmente deben ser aceptados como representantes de esa mayoría.

Sí como muestran las encuestas Andrés Manuel gana la Presidencia de la República eso no será por un milagro, es él quien mejor conoce al país, en más de 12 años no se ha detenido y está frente a 2 candidatos jóvenes, novatos, sin experiencia electoral, simples funcionarios de partido o del gobierno neoliberal que defienden sus beneficios más que los de los mexicanos.

AMLO ha sido encasillado con etiquetas como el “mesías tropical”, populista, violento, proclive al asistencialismo, autoritario, dará amnistía a los malos, en una palabra es una amenaza para nuestro futuro, y ahora ven con pavor que puede ser la alternativa por la que opte una importante mayoría de electores para darle el mandato de redefinir el rumbo del país cambiando su régimen político.

Enfrentar el futuro es nuestro desafío, no sólo de quien resulte electo, pero eso no se logrará sin tolerancia y respeto a las diversas visiones del país, todos somos mexicanos y es urgente promover la reconciliación y la concordia porque seguramente lo que todos vemos como indispensable es la justicia, la transparencia y el freno a la corrupción, es lo mínimo que podemos exigir, por eso acude a votar, no te abstengas.

Posdata
Al gobierno de Coahuila y al municipal de Saltillo les ha dado por hostigar, intimidar, desprestigiar y bloquear la información que por ley deben proporcionar a los periodistas. El 5 de junio en un evento público, Manolo Jiménez, se negó a contestar a las preguntas que le hiciera la periodista Camelia Muñoz. Corresponsal de “MVS noticias”, con el pretexto de que ella era enviada de “los Azules” (el PAN) ahora de manera continua se le niega información, lo mismo les sucede a muchos periodistas a los que Miguel Riquelme regaña y discrimina, pero temen quejarse por miedo a ser despedidos, la arrogancia y soberbia contra periodistas debe terminar, pero ya.

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