Silencio de la Unión Europea tras la decisión de Boris Johnson de pedir suspender el Parlamento británico

La semana pasada, el primer ministro británico, Boris Johnson, estuvo con los líderes de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Angela Merkel.

De cara al Brexit, lo que importa más a los líderes de la Unión Europea (UE) es saber si Reino Unido se marchará del bloque después de haber logrado un acuerdo o sin él. Y ellos, obviamente, preferirían la primera opción.

Esa es la razón por la cual la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, parecían bastante entusiasmados cuando el primer ministro británico, Boris Johnson, viajó a Berlín y a París la semana pasada para hablar sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo, incluso cuando esos dos líderes de la Europa continental eran escépticos sobre la posibilidad de lograr un arreglo distinto al que ya ha sido propuesto.

Pero entonces ¿por qué no dijeron nada este miércoles cuando Johnson anunció la suspensión del Parlamento británico en septiembre (una medida que sus críticos denuncian como un intento de evitar que el Parlamento detenga un Brexit sin acuerdo)?

En primer lugar, porque se trata de un asunto de política interna, lo que significa que sería difícil que líderes de otros países pudieran implicarse.

Pero, sobre todo, no quieren reforzar la idea impulsada por Johnson de que él va a conseguir de la UE condiciones para un acuerdo más favorable escenificando una batalla con el Parlamento en septiembre para erradicar un Brexit sin acuerdo o la posibilidad de que Reino Unido puede permanecer en la UE.

En palabras de un alto funcionario de la Unión Europa “pese a lo que ocurra, la UE nunca va a cambiar su posición debido a que el Brexit sin acuerdo se vuelva ‘más creíble’ o porque los adversarios de esa posibilidad logren organizarse mejor”.

Críticas

Ellos no quieren dar la impresión de que existe un acuerdo de salida más amable en algún cajón por ahí del que se podría echar mano solamente si los opositores al gobierno lograran ser derrotados.

Los negociadores de la UE creen que las riñas entre el gobierno y sus adversarios pueden prolongarse hasta el último minuto del 31 de octubre (el día en el que está previsto que se haga realidad el Brexit).

El anuncio de Johnson ha sido duramente criticado.

El líder laborista Jeremy Corbyn, dijo que el plan de Johnson es “un ultraje y una amenaza para nuestra democracia”.

Por su parte, el portavoz de la Cámara de los Comunes —la Cámara baja del Parlamento británico—, John Bercow, calificó la medida como un “ultraje constitucional”.

Pero, lo que a final de cuentas le interesa a Bruselas es si hay una mayoría en Westminster a favor de un acuerdo del Brexit ligeramente modificado o si los legisladores británicos pueden forzar una nueva prórroga de todo el proceso.

Calendario del Brexit.

Otras reacciones

La reacción a la medida tomada por Johnson se ha producido a través de otros políticos europeos que tienen menos influencia que los líderes nacionales y que se han enfocado en cómo este episodio hace ver a la democracia en Reino Unido, no en qué significa eso para el Brexit.

Por ejemplo, el coordinador del Brexit en el Parlamento Europeo (PE), Guy Verhofstadt, citó el eslogan de la campaña ganadora del referéndum sobre el Brexit cuando dijo que “recuperar el control’ nunca pareció tan siniestro“.

Nathalie Loiseau, quien fue ministra de Francia para Asuntos Europa y en la actualidad es miembro del PE, habló de una “enfermedad” británica que parecía impedir a ese país tener un debate sobre una decisión trascendental.

Para la UE, la suspensión del Parlamento británico es ruido. Uno verdaderamente estruendoso, pero ruido al fin.

BBC News Mundo.

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