Fitch Ratings recortó de ‘BB-’ a ‘B+’ la calificación de la deuda de Pemex, un grado altamente especulativo de inversión, lo que es su nivel más bajo desde que se tienen registros, es decir, el 2000, reflejo de la debilidad operativa de la empresa.
Además colocó la nota crediticia en observación negativa, lo que significa que deja abierta la posibilidad de más recortes, ante la preocupación sobre la capacidad y voluntad del gobierno para mejorar la posición de liquidez y la estructura de capital de la empresa en los próximos dos años, sin concesiones de los acreedores.
Los analistas advirtieron que la baja en la calificación representa un lastre para las finanzas públicas del país y podría implicar un riesgo para la nota soberana.
El anuncio no tuvo un impacto sobre el mercado cambiario, ya que el viernes pasado la divisa mexicana continuó fortaleciéndose y cerró en niveles de 16.7383 unidades.
Desde marzo de 2021, Fitch dejó de prestar sus servicios de calificación de valores de Pemex, pero indicó que seguiría proporcionando calificaciones internacionales y cobertura analítica como servicio para los inversionistas.
La calificadora advirtió que la empresa petrolera enfrenta vencimientos de bonos de deuda internacional por 4 mil 600 millones de dólares en 2023 y de 10 mil 900 millones de dólares en 2024.
“El refinanciamiento de esta deuda expondrá a la empresa a mayores gastos por intereses que estresarán aún más su flujo de efectivo. La incapacidad de refinanciar la deuda de los mercados de capital con instrumentos financieros a largo plazo similares u otros exacerbaría su riesgo de liquidez a fines de 2024″, dijo.
Diego Díaz, investigador del área de energía en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), explicó que para las finanzas públicas la empresa es un “lastre” en el sentido de seguir con su fortalecimiento.
Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco Base, dijo que se trata de “un barril sin fondo” y un riesgo para la calificación soberana de México, pues la alta especulación que hay en Pemex podría contagiar al país dado el apoyo del gobierno a la empresa, estrategia que no presentaría algún cambio, estimó.
Héctor Villarreal, catedrático del Tec de Monterrey, señaló que los accidentes y problemas que enfrenta la petrolera van a representar un verdadero ‘dolor de cabeza’ para la Hacienda, además de significar un factor de riesgo para el país.
Reconoció que, aunque la actual administración heredó muchos problemas del pasado, también tuvo muchos factores a su favor, como el alza en los precios del petróleo, que no supo aprovechar para reestructurar la compañía.
Carlos López Jones, director de la consultoría Tendencias, apuntó que parece que Pemex no ha comprendido que con la construcción de la refinería de Dos Bocas aumentará su huella de carbón y lo alejará de inversionistas globales. “No está comprometida en ser una empresa neutral en emisiones de carbono para 2050″, dijo.
Al inicio de la actual administración, la calificación de Fitch sobre Pemex se ubicaba en ‘BBB+’, es decir, ha tenido una caída de seis escalones. El analista del IMCO apuntó que esto se debe a que no han sido suficientes los apoyos monetarios del gobierno.
“Al creer que con transferencias se iba a solucionar la situación de Pemex este gobierno dejó de considerar otras medidas de fondo. A la fecha no hay ningún cambio en la operación y se le han invertido casi 980 mil millones de pesos desde inicios de 2019 y al final de cuentas no se ha reflejado en mejorar la situación financiera de la empresa”.
Fitch estimó que el gobierno tendrá que gastar aproximadamente 20 mil millones de dólares más de lo que recibe de la empresa en 2026 y 2027 para mantenerla a flote, lo que supondrá un gasto público acumulado de 60 mil millones de dólares entre 2023 y 2027.