Sospecho que la luna de miel con López Obrador será muy corta. Jorge Ramos

El periodista advierte que el nuevo presidente de México no puede fallar en el tema de la seguridad.

La crisis migratoria y la violencia en México son de los temas urgentes dentro de la agenda de Andrés Manuel López Obrador, percibe el periodista Jorge Ramos. Para el autor de Stranger. El desafío de un inmigrante latino en la era de Trump (Grijalbo), el nuevo gobierno no puede fallar en el área de seguridad y advierte que la prensa debe mantener el mismo sentido crítico que con Peña Nieto y Calderón.

Tu libro toma nueva relevancia a partir de la caravana migrante. ¿Cómo avalúas la reacción del gobierno mexicano sobre este tema?

Peña Nieto nunca fue un presidente y en los últimos meses de su gestión desapareció. Se que hay una negociación entre los equipos de Donald Trump y de Andrés Manuel López Obrador para ver cómo resolver este problema no a corto, sino a largo plazo. Lo más preocupante es que ahora hay una emergencia en la frontera que no se está resolviendo. Por primera vez en la historia tenemos campamentos de refugiados en México junto a la frontera sur de Estados Unidos y enfatizo la palabra refugiados, porque no son migrantes, sino gente perseguida que huye de la violencia. Al reducir a menos de cien las solicitudes de visa de asilo político para centroamericanos, Donald Trump ha creado un muro. Así, la crisis no se va a resolver.

¿Qué expectativas tienes de la negociación entre López Obrador y Donald Trump en este tema?

Tal vez se logre un acuerdo de inversión en el sur entre Estados Unidos y México. No estoy seguro, sin embargo, de que López Obrador quiera ser aliado de Donald Trump, lo dudo. El problema de Peña Nieto es que fue un presidente sumiso. Por eso creo que si López Obrador acepta el Programa de Remain in Mexico desilusionará a sus seguidores.

López Obrador ha hablado de entregar visas de trabajo a los migrantes…

Sí y creo que hay que tratarlos con generosidad y solidaridad. Es lo mejor que puede hacer México, pero me preocupan las expresiones de racismo. Me preocupa que los mexicanos se conviertan en Trump. No podemos insultar a los centroamericanos como el presidente estadunidense lo ha hecho con los mexicanos. Esta es una crisis humanitaria e internacional y debemos tratar a los centroamericanos como nos gustaría que nos trataran.

En América ha sucedido que cuando gobiernos de izquierda no cumplen con las expectativas son sustituidos por gobiernos de extrema derecha. ¿Ves un escenario posible en México?

No me atrevo a pronosticar a seis años, pero sospecho que la luna de miel con López Obrador será muy corta en particular por el tema de la violencia. Durante el sexenio de Peña Nieto fueron asesinados más de 120 mil mexicanos y con eso no se juega. López Obrador no puede fallar en el tema de la reducción de la criminalidad. Si los muertos en el primer año o los primeros seis meses de su administración no disminuyen, será un fracaso absoluto.

¿Qué opinas de la estrategia planteada en términos de seguridad?

Me parece preocupante proponer la militarización como solución. Es una vía que no reduce los niveles de criminalidad y por el contrario, potencia las violaciones de los derechos humanos. Treinta y tres millones de mexicanos votaron para no seguir con más de lo mismo. Creo que hay explorar con mucho valor otras alternativas como la despenalización de las drogas. ¿De qué sirve tanta sangre mexicana derramada cuando tienes 25 millones de estadunidenses consumiendo drogas todos los meses o cuando tienes más de 30 estados norteamericanos que ya legalizaron el uso de la marihuana recreativa? Me preocupa que se apueste por el uso de la fuerza. Todos nos hemos equivocado en seguir la ruta de la militarización.

¿Cómo evalúas el proceso de transición?

Me sorprendió cómo Peña Nieto desapareció antes de concluir su mandato; cómo López Obrador pudo organizar dos consultas sin ser presidente y cómo dominó la agenda.

¿Qué expectativas tienes acerca de la relación entre López Obrador y la prensa?

No podemos ser amigos López Obrador y los periodistas. El único periodismo que funciona es el que es contrapoder. Así como fuimos muy críticos de Calderón y Peña Nieto, tenemos que serlo de él. No podemos ir a las bodas, bautizos y fiestas de los políticos. Lo único que nos mantiene vivos y con credibilidad es mantener la distancia con el poder.

¿Crees que López Obrador se flexibilice ante la crítica?

Me ha tocado ver en distintos países que cuando la prensa es muy crítica crece la confrontación con el poder, pero está bien porque para eso somos periodistas. Nuestra función es hacer preguntas difíciles y cuestionar la autoridad. Creo que la confrontación de la prensa con López Obrador va a crecer. Por supuesto, espero un cambio, pero quiero verlo realmente. Quiero ver menos corrupción, pero en particular espero ver menos crímenes. El tema centrar es la violencia y la inseguridad.

¿Llega desgastado al principio de su mandato?
Sin duda, porque ya ha usado su poder. Comenzó a desgastarse a los pocos días de ganar la elección. Ya hubo consultas, enfrentamientos con la prensa. No entiendo como tiene en su gabinete a Manuel Bartlett, uno de los artífices del gran fraude electoral de 1988. No entiendo como aceptó que viniera a su toma de posesión Nicolás Maduro. Parece que hubiera tomado posesión hace meses.

(Aristegui Noticias).

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