El tiempo es el mejor autor: siempre
encuentra un final perfecto.
Charles Chaplin
Actor y director británico.
(1889-1977)
encuentra un final perfecto.
Charles Chaplin
Actor y director británico.
(1889-1977)
Érase una vez un hombre que nació en Coaltiluco de los Camotes un 28 de julio de 1966. Caracterizándose como una persona inquieta y ambiciosa (por su sed de superación, no piensen mal), estudió ahí mismo, en su tierra natal, la carrera de profesor en educación primaria. Más tarde continuaría con su preparación una Licenciatura en Educación Media, con especialidad en Ciencias Sociales. Dícese que además, posee un diplomado en: Análisis Político y últimamente estudiaba, allá en el viejo continente una maestría en… Creo que en Ciencias Ocultas, (por su poder para esconder las cosas).
Este dichoso personaje tuvo su feudo, del latín “Feudum” y según el Diccionario de la Lengua Española (Ay, España de mis amores…y aquí hago reverencia a ese país), significa: “Contrato por el cual los soberanos y los grandes señores concedían en la Edad Media tierras o rentas en usufructo, obligándose quien las recibía a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle el servicio militar y acudir a las asambleas políticas y judiciales que el señor convocaba”.
Su dominio fue otorgado, por equivocación, porque cuando su antecesor se dio cuenta que no iba a ser buen feudal, nuestro personaje ya había tocado los corazones de los que muy pronto seríamos sus súbditos. ¿Y qué creen? Como jamás en la historia de este hermoso lugar, levantamos la mano, para decir siiii… ¡Y todos caímos y creímos en sus encantos, me cuento entre los hipnotizados! ¡Oh, pobres ilusos! Pues, como decía un buen amigo, DEP: “Esto es lo que pasa cuando eres tan joven y tienes tanta sed de poder”. Recuerdo otra frase de mi querido camarada: “Este chiquillo va a dejar endeudados a los hijos de mis hijos y no sé cuántas generaciones más”. (La pobre ilusa, o sea yo, no entendía en ese momento sus palabras).
Volviendo al tema, el protagonista de este cuento, nos maravillaba con su desenvoltura y encantamiento de las masas, cada vez que aparecía en público, todos los que ahí estábamos, queríamos estrechar su mano y ser al menos ungidos con un poco de sus benevolencias. ¡Ay, de aquel que no hubiera levantado la mano por él, porque estaría en la congeladora por los siglos de los siglos! (Sino pregúntenle a…).
Era tal su ansia, pretensión y codicia, que con ayuda de un séquito de súbditos como su parlamento, falsificó papelería para obtener (de diferentes instancias), recursos por más de 32,000 millones de pinchelines (Nombre de la moneda de ese feudo), defraudando así, la confianza de los pobladores. Dícese que con esos pinchelines, ayudó a al gran jefe de la manada y a otros feudos para ganar territorios. Por tal razón, dizque se le investigó, pero lo absolvieron por no contar con pruebas suficientes. (Así se las gastan en este precioso y gran reino). ¿Cómo es posible que otros países si puedan obtener pruebas y hacer verdaderas investigaciones y el dueño de los pinchelines no?
Este hombre que nos encantaba como las serpientes, creyó que sus depósitos y transferencias de grandes cantidades de pinchelines hacia otras latitudes, no serían investigados. ¡Ese fue su error! Su omnipotencia no llega hasta viejos continentes. Peroooo, no todo es tristeza…porque los vasallos que vivimos en Coaltiluco de los Camotes, decimos: “¡Aquí se sonríe!”, “Con una nueva forma de gobernar” en un “Un feudo con energía”. ¡Feliz domingo! ¡Abrazote de oso!
“Su omnipotencia no llega al viejo continente”.
E-mail: normavalvarado@hotmail.com
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