Seguimos consternados ante los trágicos acontecimientos de la semana pasada en Torreón. En la medida en que las investigaciones van revelando nuevos datos, surgen nuevas preguntas sobre lo que debemos hacer como sociedad para impedir que ocurran hechos similares. Es urgente hacer cuanto esté a nuestro alcance, sobre todo, para proteger a la niñez y la juventud coahuilense.
Todos tenemos claro que, quien en el caso del Colegio Cervantes perpetró el ataque, es la primera de las víctimas. Ningún menor de edad debería tener contacto alguno con armas, menos todavía con aquellas de uso exclusivo del Ejército. Que el pequeño en cuestión haya tenido acceso a ese tipo de armamento en su domicilio es sólo una muestra más que los esfuerzos que se hacen para impedir su comercio en México son insuficientes. Ojalá y que las indagatorias permitan a las autoridades desarticular la red de tráfico que posibilitó que las pistolas llegaran a su hogar.
Desde el Congreso local comenzamos a realizar nuestra tarea, en la búsqueda de nuevos caminos que permitan reducir los índices de violencia y de confrontación en nuestra sociedad. Juntos, padres de familia, docentes, estudiantes y autoridades de los tres Poderes, de la mano de especialistas, debemos trazar nuevas estrategias para fortalecer los espacios en que se desarrollan niños y jóvenes: su entorno familiar, la escuela, su comunidad y las empresas.
Estoy seguro que todos sumaremos para evitar que se siga derramando sangre en la entidad. Por supuesto que las fuerzas públicas deben cumplir con su tarea, pero el resto de la sociedad tenemos también asignaturas por cubrir. Hay que apostarle a la paz, entendiendo que ésta no es un lugar de destino, sino el camino diario. Revisar las mochilas es importante, pero tendrá mayor impacto todo esfuerzo que hagamos para mantener la integridad de las familias y el correcto desempeño de los centros escolares.
Revaloremos la vida. Seamos partícipes de un clima de armonía y unidad que no surge de manera espontánea, se construye con cada acción. Coahuila tiene con qué, también, para superar la tragedia.
@marcelotorresc