Andamos por la vida acumulando bienes materiales sin parar porque creemos que tener más siempre es mejor. Un ejemplo claro de que esto no es así es el de Superman.
Aunque muchos preferimos a Batman por ser uno de los pocos que no gozan de poderes sobrehumanos, sin duda uno de los superhéroes más populares es Superman. Creado en una historieta por un par de judíos hace más de 90 años, su imagen y sus poderes han evolucionado a través del tiempo, adaptándose a los mismos.
Tres son los factores que vuelven interesante al personaje: su origen alienígena, su doble identidad y sus super poderes. En sus orígenes, estos últimos eran más bien moderados: podía levantar objetos que pasaban toneladas, correr más rápido que cualquier ser sobre la tierra, efectuar saltos de varios cientos de metros y su piel resistía las balas, aunque no las bombas. Sus modales eran agresivos y sus acciones poco consideradas.
Con el tiempo sus poderes se fueron incrementando en los libretos ya no solo de tiras cómicas, sino de programas de radio, de televisión y películas, incluidas las series de dibujos animados. También comenzó a ser bondadoso y afable con la gente. Al público le gustaba que su héroe fuera sensible y, sobre todo, invencible.
Y así fue como Superman comenzó a volar, incluso a otras galaxias y dentro del Sol, a tener rayos X en la mirada, disparar rayos infrarrojos, tener vista telescópica y nocturna, y gozar de invulnerabilidad total, así como poder generar ciclones con su solo aliento. Daba igual si tenía que sacar a un planeta de órbita o detener un meteorito.
Fueron tantos los poderes que le endilgaron al personaje que los guionistas comenzaron a batallar para encontrar argumentos creíbles y situaciones retadoras, y el público comenzó a perder interés en el superhéroe que ya se asemejaba a un Dios, al punto que tuvieron que dar reversa y limitarle algunos de sus atributos.
Primero apareció la kryptonita verde, como su elemento destructivo, luego su dependencia a los rayos del sol para conservar su fuerza y después su vulnerabilidad a las bombas atómicas y a la magia. Dejó de poder mover planetas y aparecieron villanos equiparables a él en poderes y fuerza.
Finalmente Superman logró sobrevivir. Los guionistas finalmente encontraron el equilibrio entre su poder y sus debilidades para mantener las historias atractivas. Aprendamos de la experiencia de Superman y recordemos siempre que no le va mejor al que tiene más, sino el que necesita menos para ser feliz.