Cuarenta años después. Lupita Díaz de Cristiani.
“¡Qué rico hueles, mi vida!”. “¡Qué perfumada, mi amor!”. Éramos recién casados. Fueron frases de rigor. Después del baño él olía a Yardley o qué sé yo, mientras yo me perfumaba con frascos de Christian Dior. Pero hoy… ¡Qué diferencia! Él huele a ungüentos, y yo a la Pomada del Tigre que me pongo al por … Leer más