Después del error vienen las consecuencias, antes de las elecciones de Coahuila era evidente que el pueblo repudiaba la herencia de endeudamiento, crimen, dilución de la libertad y contubernio con el crimen organizado, no solo en la práctica criminal común, si no en el ejercicio de razias masivas llevadas a cabo sistemáticamente, convirtiendo a nuestro estado en una sucursal del holocausto en pleno siglo XXI.
Los Coahuilenses pudimos unirnos y ser invencibles, si nos hubiésemos abstraído de clima político y de la propaganda psicológica que se pagó con nuestros propios impuestos, si nos hubiésemos armado de valor para conjuntar voluntades en una sola causa, nada nos habría superado; sin embargo, nos dejamos llevar por candidatos desalineados que no tenían claro quién era el enemigo, apostaron por ser el bueno y terminaron por ser cómplices del candidato que aborrecían; permitimos que los egos nos dividieran, y con ello los malvados lograron su objetivo, la ceguera ocasionada por las promesas de múltiples candidatos de oposición, hizo de salva el voto anti gobierno y condenó a nuestras familias a seguir cargando la misma roca sobre la espalda.
Las cosas se deben hacer bien a la primera, o se va la vida en arreglarlas; por eso ahora tenemos que dar vuelta a la página y retomar las enseñanzas del error. El que no queríamos, ahora es, y la culpa es nuestra, sin embargo, ahora debemos actuar en consecuencia y compartir el aprendizaje de Coahuila en todo México, al ver de nueva cuenta un destape con cargada y todo, es preciso entender que el PRI no pretende hacer las cosas de manera distinta a la que lo mantuvo en el poder por 70 años continuos, si nos descuidamos ahora, perdemos lo logrado en los albores del año 2000.
Para los Coahuilenses, la oportunidad radica en el H. Congreso del Estado, en unos cuantos días, los nuevos diputados mayoritariamente de oposición tomaran protesta, es con ellos con quienes se debe hacer la diferencia. Si los diputados entrantes conservan el sentido de oposición con el que ganaron y la idea de los ciudadanos que los votaron; si mantienen su autonomía alejándose del embrujo de la corrupción y el poder fácil, entonces contarán con el beneplácito de los ciudadanos “X”, como tú y como yo, quienes les daremos el apoyo, las ideas y el soporte necesario para transformar a este estado con la Ley como espada flamígera.
Hoy debemos ayudar a nuestros representantes a pensar, redactar y ejecutar leyes que liberen a Coahuila de sus yugos. Los tiempos son cortos y las acciones que realicemos tienen que ser inteligentes, oportunas y proactivas, el pueblo no puede vivir en la reacción, tenemos que tomar la iniciativa para establecer la ruta que nos permita superar la nefasta herencia del 2005 y marcar la pauta de un gobierno de bien. El proceso no será fácil, habrá que resistir algún tiempo, pero como al principio de este año, el próximo todo dependerá de la unión que logremos consolidar, con tu voto en 2018 se transformará a México, y con la venia de creador, seguramente pronto, transformaremos a Coahuila.
¡Que Dios Nos Bendiga!
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