La policía antimotines en Tailandia reprimió a miles de manifestantes encabezados por activistas estudiantiles en la capital, quienes desafiaron el estado de emergencia y el primer ministro rechazó los reclamos para que renuncie.
Pese a las lluvias torrenciales del monzón, los manifestantes se reunieron a reclamar la renuncia del primer ministro Prayuth Chan-ocha, enmiendas a la Constitución y reformas de la monarquía.
Por segundo día desafiaron la orden de no congregarse después que algunos manifestantes abuchearon una caravana real de autos, un hecho insólito en un país que habitualmente venera al monarca.
La policía utilizó cañones hidrantes y cargó contra la multitud, dispersó a los manifestantes, espectadores y periodistas. El agua causaba una sensación de escozor y dejaba una mancha azul para identificar a las personas a arrestar.
La policía parecía controlar el lugar del acto y buena parte de la multitud retrocedió hacia la vecina Universidad Chulalongkorn, donde los activistas les aconsejaron que buscaran refugio si no regresaban directamente a sus casas.
Previamente la policía había bloqueado calles y alzado barricadas en torno a una importante intersección de la capital donde unos 10.000 manifestantes desafiaron el decreto de emergencia el jueves, pero los manifestantes se desplazaron a otra intersección.
El estado de emergencia decretado por el gobierno prohíbe las reuniones de más de cinco personas y la difusión de noticias que dice que amenazan la seguridad nacional. También otorga amplios poderes a las autoridades, como el de detener personas sin presentar cargos.
AP News