La balanza se inclina en las decisiones y en buena parte de la vida política, desde el Gabinete Presidencial y de las oficinas del Tricolor. Las miras son electorales y las tendencias, también.
Los ajustes al gabinete amarran inconformes, pagan lealtades y motivan liderazgos, en pos del triunfo en las doce gubernaturas, las alcaldías y diputaciones locales, que se juegan en junio próximo.
Algunos movimientos de jugada de ajedrez, se esperan en estos días en el gabinetazo. Las del PRI, esperarán al escrutinio en la justa de junio. Las camisetas y cachuchas están empeñadas en el tricolor. Las, de Manlio Beltrones Rivera y de Carolina Monroy Del Mazo, inclusive. No hay apellidos que valgan más, que los resultados.
Los ajustes desde el centro, incluyen a los Delegados Federales en áreas estratégicas. En hablando de cosas electorales, todas son estratégicas. Pero no se equivoquen, el foco no está solo en junio (que es laboratorio), están en el 2018. De tal suerte, no hay entidades “no electorales”.
Coahuila no tiene el peso electoral que Veracruz, por ejemplo. Y ello puede hacer pensar a alguien, que entonces los binoculares de la Presidencia no apuntan a estas tierras. Pero los pesos se suman igual que se miden las tajadas del pastel. No dices entones, Veracruz vale (15%) y Coahuila (2%). Dices, tengo un 17%, con estas dos entidades… Aritmética balaceada (electoral).
Y ya en Coahuila, el ominoso tema del CIMARI da para más. El empeño del desgobierno estatal, por el daño a la ecología y al ambiente, es de asustar: Se atraen empresas asiáticas que no están certificadas como “industria limpia”, como sí: las europeas, canadienses y norteamericanas; que brillan por su ausencia.
Se autoriza desde el Palacio Rosa, por muy altos intereses financieros, un segundo “tiradero de residuos peligrosos” (químicos, radioactivos, médicos, y de tanta basura tóxica; nacional y extranjera). Hay menos de diez CIMARI en todo México. Dos están en Coahuila, los dos, colindantes y en las mismas líneas freáticas y escurrideros subterráneos (aun en minas).
El solo paso de los camiones y contenedores de esa, tóxica basura, por carreteras, ciudades y rancherías, significa una potencial contaminación y alta fuente de enfermedades, indecibles. Está comprobado que la toxicidad es tal en este tipo de confinamientos, que canceres y enfermedades autoinmunes, a la par de mutaciones, aparecen en la gente expuesta… al paso del tiempo.
Coahuila dejó de ser zona limpia de ganado. Este tema sanitario, fue prioridad en años pasados. Caminamos en reversa. Las alimañas y parásitos que generan enfermedades ya pasaron del ganado y animales salvajes a los domésticos.
Ya pasaron del campo a la ciudad. Ya pasaron de los animales a la gente. Piojos, garrapatas, sarnas, “rickettsia”, y una plaga de ratas (de todo tipo), infectan a la Capital y a las ciudades principales. Del campo, mejor ni hablamos.