La semana pasada llega el desgobernador a La Laguna para presumir los logros en materia de seguridad, tan cuestionados por la población (la percepción es de absoluta inseguridad). Reunía en el edificio de las corporaciones unidas de seguridad, sobre la entrada a Torreón y se cuestionaba las llamadas al servicio de emergencia. Orondo, (como solo él), les dijo envalentonado… “vamos al c4 y serán testigos de nuestros avances”. Somos punta de lanza nacional, validados por la ONU, por la CIDH y por el FBI. Los empresarios se miraban y sonreían emocionados, orgullosos de su región. ¿Somos ejemplo entonces gobernador, tímido preguntó un presidente de cámara empresarial?, pues claro, sentenció “el que de la seguridad se encarga”.
Fueron al Centro4 (control, comando, comunicaciones y cómputo) y estaba cerrado, con candado, en horas laborales. Tocaba tan fuerte el señor que una muchacha adormilada se acercó a la puerta (por dentro). Ábrame agredió el malhumorado. Nos encierran y se van, dijo la asustada señorita, desde ayer estamos aquí mi compañera y yo, ella está dormida. “Ellas trabajan aquí, no vayan a pensar”, solo pudo completar el señor. Dieron la vuelta y al pasar por un costado, la vista aclaró todo: un asador, botellas, envases, y huellas indelebles de una francachela policiaca. A gritos, por el celular, renunciaron al director.
Hurgando en el tema, sabemos ahora que el servicio de emergencia 066 es inexistente en la región. El Ayuntamiento de Torreón inventó uno similar por el miedo a reclamar al jefe de su necesidad, uno que mal funciona. Nadie contesta, nunca. El emblemático “c4” de Torreón y la región Laguna, sigue funcionando muy bien, solo que ahora es otro el director que cierra con llave.
El molesto tema de los regalos de Semana Santa, los 41 Fiat Notariales, no deja contento a nadie. Ahora resulta que el señor (“acostumbrado a mandar”, como en el corrido del perro negro), ordenó de último omento que se decretarán los Fiat, aprovechando los días y los eventos que contaminaban el ambiente. Las áreas competentes (no lo fueron tanto) aceleraron el paso de “el decreto regalón” y soslayaron los pasos legales que dieran certeza jurídica un hecho tan grave como lo es, el “dar fe”. Omitieron tanto el orden que ya no hay más que culpar a Chema Fraustro y al Congreso. Pero hay más: algunos funcionarios ya habían sido avisados que recibirán “un Fiat por sus méritos”, y no van en la abultada lista.
Luego, algunos Notarios viejos están trinando porque de buenas a primeras les pidieron su renuncia. Otros, pidieron Fiat para sus hijos pero no incluía renunciar al de ellos, como ahora son obligados. De fuera, hay montón de abogados con méritos suficientes y requisitos cumplidos que se amprarán ante el regalo excesivo y lo desaseado del proceso, donde (a falta de convocatoria pública y examen de oposición) no se incluye a nadie que no sea de sucesión (obligada o real) o de pago por eventos. El primer amparo ya está radicado en el Juzgado Primero. Según los expertos consultados, si se cae uno se caen todos.
Y miren lo que son las cosas, la jurisprudencia apelada para los amparos promovidos y en ciernes, se basa en una controversia impulsada tras bambalinas por el propio RMV, en tiempos de Jorge Torres López. Está tan bien sustentada que no pasó (en aquel tempo) porque el interfecto “negoció antes del fallo, para que fueran más de diez sus recomendaciones para Fiat”. ¿Carlos Orta Canales, entonces diputado local, recordará acaso este tema y su repentina cancelación?
La Ruta de la Deuda”… muy pronto.
COLUMNAS de MÉXICO… “Con ética y honestidad: Otra historia se escribe. Otro México se cuenta