El noble pueblo de Nadadores nada tiene que ver con que desde la Mansión de Cuernavaca se haya seleccionado a este empobrecido paraje coahuilense para construir un monumento al cinismo y al hurto devenido en MegaDeuda. Con dinero de la misma deuda se ha construido un monumento a Humberto Moreira. Y en ocasión de inaugurarlo, el aludido no asistió (andaba juntando papeles por si lo citan otra vez en España), e imitando el faldeo de su querido Rubén (ante momentos incomodos), mandó a su esposa.
Ahora resulta que una sucursal de Lear Corporación anunciada en Matamoros es igual a un Planta de FORD MOTORS COMPANY. La que se fue a San Luis por falta de promoción y por no tener dinero para competir con “soporte estatal”, ante otras entidades; equivale a GM o a Chrysler. Dicen los pregoneros del mito que son tantos miles de empleos que pedirán a los municipios vecinos que presten gente. La desinformación es tan grande en Coahuila como amplia la opacidad oficial y el desempleo.
El Subsecretario de Egresos de la Secretaría de Finanzas, Julián Montoya resulta ser quién filtra el chat de su propia firma donde ordena rechiflar a Hilda Flores, a Enrique Martínez y a Javier Guerrero. La línea, dice en su mensaje, es que se alabe a Riquelme y a los de casa (a los del continuismo Moreira) y se abuchee a los otros del PRI, durante la Sesión de Consejo Político Estatal en Torreón, mañana sábado. Montoya es quien paga los cheques “de los agachados”, de tal suerte que el mensaje va ligado a la nómina. Montoya es uno de los regalados de Semana Santa con un Fiat Notarial.
El “fraude de los casi setecientos millones por la fingida compra de aviones y renta de vehículos”, perpetuada en tiempos de Humberto Moreira y solapada y ocultada en tiempos de Rubén, dará más de que hablar. Se trató de cuadrar una parte de la MegaDeuda, que no cuadra. Hay aviones que tienen otros dueños y se usurpó el dato en los fraudulentos contratos firmados por el uniformado Javier Villarreal Hernández, y hay otras que incluso están reportadas como robadas. No pueden echar todas las culpas a Villarreal y a Jorge Torres, eso ya está bien claro, fueron víctimas de sus ambiciones y de su subordinación a los perversos Jefes, Los Moreira. Pero ya andan hablando mucho en Texas y en España y la lumbre viene fuerte. ¡Es temporada de incendios!