Empleo malo.
Las quejas por el insuficiente y mal empleo que, ha fuerza de gastar una millonada en giras infructuosas al Asia y en especial a Corea, que ha atraído (escasamente) el gobierno de las mentiras; no se hacen esperar.
Entre el aumento a la informalidad (empleo que no paga impuestos), el empleo de industria sucia y mal pagado, y la IED (inversión extranjera directa) a la baja, Coahuila entra en una etapa de debacle de empleo. ¿Cómo entonces puede este desgobierno presumir aumentar el empleo más que nunca? SON MENTIRAS.
COPARMEX.
La cámara de los patrones, la COPARMEX, y no las centrales sobreras, es quien ha pedido indexar el salario mínimo, en algunos puntos hacia arriba. Los efectos inflacionarios y la devaluación del poder adquisitivo, hacen urgente compensar a los de menor salario en México (la gran base mini salarial), en su poder de compra. Los miles de mexicanos con salario mínimo ya sufren como los empleados de empresas coreanas, y asiáticas en general, en Coahuila. Malos patrones y paupérrimos empleos.
Cárcel vs congreso.
El desgobierno Moreira ha variado su idea electoral. En vez de amarrar las alcaldías de un año, ha considerado mejor, el cuidar al nuevo congreso local, ya que sus cuentas públicas y de ellas, el juicio de salida y la cárcel como destino (del Moreirato infame y sus coludidos y cómplices), corren peligro. La idea entonces ya no es mandar alcaldes a diputaciones y diputados a las alcaldías.
Los acontecimientos de las últimas semanas, y la lumbre que viene, aconsejan a los abusadores, extremar la cautela. Echan mano de sus leales y moreiristas en el congreso, desde el pastor consigna, José María Fraustro Siller, hasta los legisladores protectores de tanta robadera, para de acuerdo a la ley electoral anterior, poder reelegirse en el cargo y, sortear desde el Palacio de Coss, el vendaval en la siguiente administración estatal, que bien saben, será de sus enemigos en el poder, y de estos, tras de su dañina huella financiera.
Oposición.
Tanta y tan enojada oposición al régimen autoritario, también lee con cuidado que el congreso de Coahuila (recinto que debiera ser la casa de los diputados y los representantes populares, pero que es la oficina legislativa de gobernador) es considerado un paraíso fiscal, que los saqueadores quieren cuidar. Nadie se duerme, entonces, preparan a sus candidatos para ganar curules y conservar el equilibrio de poder que significa un congreso; no a modo.
Votos que suman.
La estrategia global supone ganar espacios de poder y sumar votos cual quínela mayor. De tal suerte que, las MiniAlcaldías no son tan despreciables como suponen algunos, son entonces, espacios individuales (al ganarse), que se convierten en bloques numéricos.
Guerreros.
El decano legislador y aspirante por el PRI a la gubernatura, Javier Guerrero García, advierte del escenario complicado para un tricolor que olvida su origen, que soslaya a sus bases y se aparte de la gente.
La alternancia toca fuerte a la puerta de Coahuila, es esta una verdad incómoda para los acomodados y una esperanza férrea, para los indignados. Entonces, la actitud de los guerreros (que urgen rescatar a su patria chica de las sucias manos de los arribistas), es empujar a su líder “Guerrero”, a reventar amarras y desplegar velas. Ya el camino dejó de ser limpio, ya el piso no está parejo; ya la mar, es de aguas turbias y olas gigantes.
Alternativas al gandallismo.
El horizonte se acerca, a la vista, y el tiempo exige tomar decisiones. No son fáciles los retos ni son tradicionales las posturas. ¿Cuál es el vehículo que don Javier debe de tomar para alcanzar el destino?, no está claro. Pero ya los colores patrios parecen desvanecerse de la posibilidad emancipadora. El barco hace agua y quieren dar golpes de timón desde el centro (abonando al gandallismo local), pensando en océanos nacionales y no en aguas regionales.
La izquierda de avanzada, como alternativa electoral, y el nuevo independentismo, fueron aventuras para otros; pero son claramente, opciones válidas para los serios y juiciosos. Hay que estar atentos, a los signos de los tiempos…
¡La lealtad sublime, solo se llama Coahuila!