Problemón.
Muy grave el caso del alcalde de Torreón, Miguel Riquelme Solís, con “los encobijados, que aparecieron en una colonia de ese municipio”. Es este escandaloso tema, ya de atención y competencia federal.
Declaró Riquelme que no debían contabilizarse a Torreón porque “fueron asesinados en Gómez Palacio, Durango”. La señora Leticia Herrera, alcaldesa repetidora y ex precandidata a la gubernatura, reviró de inmediato, le dijo que aunque era su amigo el alcalde (me suena a picudiada la tal amistad), tenía la obligación de decir quién los victimó y dónde… ya que está tan enterado.
Encrucijada.
Contestó Miguel a Leticia, más titubeante que Ismael en el congreso (y ya es decir mucho). Le dijo amiga y amiga y amiga. De los datos de quién y dónde, no acertó a balbucear nada. Buena encrucijada en la que se atoró Riquelme. Ahora tiene que decir como sabe de asesinatos y quién es su “tan enterado amigo” que lo informa de temas tan graves. Por lo pronto, la vecina de Durango, la opinión pública y los empresarios de ambos lados de Nazas, le exigen hable claro y con verdad.
Mentiras.
¿Qué compensaciones tendrá la chamba del secretario de finanzas (me hago a la idea), para tener que perder la poca credibilidad que quedaba en él, al ir al congreso a una “comparecencia” que debió dar ante una verdadera representatividad popular y no ante esa oficina legislativa del aún mandatario.
El gobierno de las mentiras mandó a Ismael Eugenio Ramos Flores a decir más mentiras, pero (luego de 23 días y dos cancelaciones), unas tan mal dichas, tan frágiles, tan cuestionables, que ampliaron las dudas de algunos y reafirmaron la evidencia del robo. El Grupo Reforma hizo un gran trabajo de investigación y publicó las pruebas, la tesorería solo dio muestras de titubeos y medios arreglos.
¿Y las compras?
El tema y la atención de las autoridades judiciales no solo debe estar en las magnas evidencias de las empresas fantasma, sino de las compras fantasma. De acuerdo a las claras evidencias, son tan falsas las empresas como las compras. No hay empresas ni hay compras.
El dinero fue saqueado y esa es la única verdad, que el empleado fantasma no pudo explicar y que el patrón y beneficiario, no pudo más esconder ¿qué terrenos, ranchos, propiedades se adquirieron con ese dinero?, es esa la segunda parte de la investigación (Ejidos completos en Ramos Arizpe, propiedades rurales y Ejidos en el sur de Saltillo, por ejemplo). ¡Duarte, cayó por eso, preparen la huida!
Seguidores fantasma.
Ahora resulta que no solo son fantasma las empresas y las compras del gobierno, sino que los que quieren gobernar, también venden imagen popular con seguidores fantasma. Mal quedaron con sus seguidores los aspirantes que “compraron seguidores artificiales”, de acuerdo a una investigación de expertos en redes sociales.
El mensaje que mandan con ese hecho los que, según esta empresa calificadora, “más seguidores compraron”, (Jericó Abramo, Javier Guerrero y Armando Guadiana, entre otros), es que no son capaces de arrastrar por si mismos el suficiente ánimo popular y decidieron simularlo. Los tres calefactos, se defendieron del hecho, negándolo.