¿Y ahora el que festeja es Humberto?
Así como se alegraba Rubén Moreira de que él no era el señalado por la justicia española y por el escarnio nacional que sobajaba a su hermano, así ahora el que sonríe puede ser Humberto ¿Lo hará, ante la consabida agonía de la carrera política de la “cuñada que no le debe nada”?
El fracaso de la relación acomodaticia entre “la sacrificada hidalguense” y del hermano que le dejó ir al cuello a la prensa pagada, cual leña al fuego en su desgracia; parece concluir ¡Ya no te necesito, gordo!
Manlio Fabio Beltrones, Miguel Osorio Chong, y en otro nivel pero con la misma enjundia, Alejandro Gutiérrez, fallaron en contra de Rubén y ayudaron a Humberto Moreira. En política como en el mercado, ¡las cuentas se pagan y las facturas se cobran! Con Humberto había compromisos en la cúpula, con Rubén; no había nada.
La moraleja ante este fracaso ya escrito, es… ¡Tú señora no; tu pupilo menos!
Castigaron a tu mujer aun con su carrera sólida en Hidalgo, por gozar de los beneficios del moreirismo. Por el “efecto Moreira” y por tu nefasto gobierno, enlodado por la deuda y los negocios desde el poder. Y así quieres engañar a la gente diciendo que tu pupilo, tu hijo putativo, será Candidato a la Gubernatura. Tu ahijado está quemado (por sí y por ti), y tú, su padrino, eres pésimo apadrinando.
Era una crónica anunciada la culminación de la carrera de La Diputada Viggiano de Moreira, como lo es que: todo lo que toca el efecto Moreira, termina por sucumbir. Tu maldad ante tu hermano a quien dejaron solo (incluso tu familia a quien amordazaste), del que quisieron deslindarse ante la evidente investigación que lo encontrará culpable (tarde o temprano); revierte la cicuta y envenena tú propio té.
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