Llega una fecha esperada, el primer año de gobierno del primer presidente electo con una alta legitimidad y legalidad, sin cuestionamientos y con una oposición política partidista desorientada y sin proyectos viables.
Hay resultados, el cambio más importante y visible es una nueva forma de redistribución del ingreso, recursos económicos abundantes destinados a ofrecer apoyos directos a pensiones, a becas, ayuda para madres solteras, a estudiantes, para los pueblos originarios, infantes, adultos mayores, el objetivo es lograr frenar la violencia dando bienestar a los más pobres y vulnerables como una forma inmediata de detener la desigualdad social y alcanzar la paz.
En una de las últimas encuestas del periódico Reforma (3- 11-19), a la pregunta de si se está de acuerdo en que el gobierno pretenda alcanzar la paz combatiendo la corrupción y la pobreza y no a través de la guerra, el 69 % está a favor y sólo un 28% en contra.
El presidente ha asumido un liderazgo real y conserva una prominente aceptación social en su primer año de gobierno, el que siempre resulta difícil para todos los presidentes. El combate a la corrupción puso frente a la población el atlas que teníamos olvidado con lo cual se acercó el poder presidencial a la gente arrancando privilegios a una oligarquía gobernante que se atribuyó privilegios fuera de toda proporción según la realidad del país.
López Obrador se atrevió a realizar un desmantelamiento de algunas estructuras de poder y corrupción, ha terminado con protocolos y formalidades rancias en torno a la figura presidencial y es loable su intento de austeridad, en lo que para algunos se ha excedido.
Su guerra contra el huachicol provocó una crisis social, fue uno de sus primeros grandes riesgos y afrontó con aciertos lo que era una verdadera amenaza nacional, así logró revertir el declive en Petróleos Mexicanos; recientemente reconoció en la mañanera que en su primer año, su Gobierno ha tenido momentos difíciles, como la explosión en Tlahuelilpan, en Hidalgo donde perdieron la vida 137 personas, eso fue lo más lamentable, lo que más nos afectó, reconoció.
Con los Gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, hubo empresas, industrias, hoteles, bancos, medios de comunicación, alcaldías, dependencias públicas y personas físicas que obtuvieron exenciones fiscales por 247 mil millones de pesos entre 2007 y 2015 y los ex presidentes lo sabían, lo cual era una gran injusticia, enfatizó AMLO. Con el Gobierno actual, eso se acabó, lo cual merece ser subrayado.
En un informe sobre corrupción presentado por Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda denominado, “Casa Limpia”, aparece Carlos Romero Deschamps, Emilio Lozoya, Odebrecht, también el ex Secretario de Comunicaciones y Transporte Gerardo Ruíz Esparza es investigado por presuntos actos de corrupción, la lista crece.
Una de las críticas al actual gobierno federal ha sido el estancamiento de la economía y la situación de recesión en que se encuentra, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), una funcionaria de voz veraz Alicia Bárcena, comentó que a pesar de los bajos pronósticos para la economía en este año, según un informe reciente del Inegi, la Cepal descarta una recesión.
El Presidente López Obrador invitó a los mexicanos a que asistan a un informe que realizará el próximo domingo 1° de diciembre en el Zócalo de la CDMX a las 11 de la mañana al cual asistirá el eminente y celebre ex presidente de Uruguay José Mújica, quien además participará como orador del encuentro, “México ante los extremismos: el valor de la cultura ante el odio”.
Nos vemos en el Zócalo.