Ver las imágenes de un político corrupto, puesto ante las rejas de la prisión, es sin duda alguna una satisfacción ante los ojos de la gente agraviada, robada por tanto vándalo suelto.
Satisfacción justiciera es para un columnista modesto como yo, quien como otros periodistas honestos: no se cansa, ni se asusta, ni se cuartea de denunciar diariamente la corrupción. Del color partidista que se pinte.
Así vimos apenas las fotos de El Bronco, Jaime Helidoro Rodríguez Calderón, aquel tipo ancho de verse al lomo de caballos muy caros comprados con dinero del pueblo, y luego, reducido a un REO que espera un juicio sentado en un banca de cemento de un sucio penal, como cualquier ladrón.
La justicia
La justicia aunque poca y lerda en este México impune, por cualquier razón y motivación, pero que llegue.
Porque dicen que Samuel García Sepúlveda detuvo al Bronco para lucirse, para distraer de los problemas de Nuevo León y de las insuficiencias de su gobierno inexperto, y aun así, sea como sea, la justicia de Samuel es bienvenida y debiese ser imitada por otros gobernantes que encuentren que sus antecesores dejaron un tiradero financiero con evidencias de peculado, asociación delictuosa y lavado.
México clama por justicia y esta llega a tientas, escasa, esporádica y tibia, y arriba cuando los gobiernos cambian de partido gobernante, cuando la alternancia es el camino del cambio real.
Y aun así, con alternancia como en el gobierno federal, la justicia se regatea prevaleciendo la impunidad vergonzosa y repugnante. La injusticia desidiosa que encabrona a tantos de fuera e inclusive a los dentro del partido oficial, es la cara fea de un gobierno que se presume honesto pero del que resultan casas grises de hijos interesados.
¿Cuándo?
¿Cuándo se hacen costumbre los castigos ejemplares?
¿Cuándo dejamos de admirarnos de un político corrupto enjuiciado con debido proceso, sentenciado y encarcelado… devolviendo lo robado y purgando penas altas?
¿Cuándo la justicia se hace costumbre, se hace ley respetada, se hace obligada acción de gobierno?
¿Cuándo la corrupción acaba porque la impunidad termina y la justicia impera en México?
Creo en ti
México creo en ti, declamó un poeta.
México cuando justo seas, creo en ti y celebro tu justicia y el estado de derecho.
¿Quién sigue después del Bronco: Riquelme, Moreira, Cabeza de Vaca, un expresidente, un desaforado pez gordo; quién de tantos pillos en la calle riendo de la justicia nacional que solo asusta opositores?
Solo falta que desde el gobierno federal liberen a Jaime Rodríguez para no fortalecer políticamente a Samuel. Mejor que encarcelen ellos a exfuncionarios federales de nivel alto y a algunos actuales, muy bandidos. A algún pariente incómodo y gandalla.