Y pensar que las cosas eran tan sencillas como escasas, y no hace muchos años, he de decirlo, pero de repente, en un bostezo del mundo, las camadas vienen con otro sistema, chip, se refiere.
Las diversas capas de la sociedad y las instituciones están invadidas de los jóvenes del “ahí te voy” y “hágase a un lado”, y de esa manera encontramos cinco estereotipos de personas que van de los tradicionalistas, pasando por los baby boomers, generaciones X, Y y Z.
De esa manera, la conjunción de estas generaciones produce la amalgama del País en que vivimos, de todo lo que hacemos y creamos.
A la generación tradicional que sufrió los embates de la Segunda Guerra Mundial y las crisis subsecuentes, se le enfrentó la de los baby boomers que exigía libertades que habían quedado de lado por la disciplina de los mayores. Los tiempos de llamar a los padres con respeto y de usted, de pedir permiso para todo, fueron dando paso a otras maneras y formas.
Cuando nacieron los primeros bebés de la generación Y (“La generación del eslabón perdido”), sus padres (baby boomers) habían tomado la decisión de ser amigos de sus hijos. Es por esto que la conexión entre ambas generaciones es muy fuerte: está basada en la amistad.
Durante sus primeros años, les fue inculcado el mensaje de que podrían alcanzar cualquier cosa que se propusieran, por lo que son individuos con una confianza en sí mismos, pero a los que les da miedo comprometerse, aventurarse y fracasar en un mundo que se percibe como difícil de controlar. Su adolescencia estuvo marcada por grandes eventos que reforzaron su parálisis de decisiones comprometedoras como: la caída de las Torres Gemelas, la muerte de Juan Pablo II, la guerra contra el narcotráfico y la crisis económica mundial. Todo esto los ha orillado a querer ser inmunes a los cambios y problemas del mundo y a concentrarse en aquello que sí pueden controlar como su actitud personal en el día a día. Esto no quiere decir que sean egoístas, sino que aspiran a ser alivianados. Deciden dirigir sus esfuerzos a metas que representen un avance sobre los jóvenes de otras generaciones.
Son una generación conformada por individuos en transición. Es el eslabón que une dos mundos diferentes en varios sentidos, especialmente el tecnológico y el de los roles de género. Antes de que ellos nacieran, comenzaron a gestarse los primeros avances digitales. De hecho, en forma directa, sólo experimentaron la entrada de internet y de la telefonía móvil. Esto les permitió forjar su personalidad, su esquema de valores y su comportamiento antes de la apogeo de que el internet fuera una herramienta social.
Pasados varios años, la generación Z nació y creció con la incorporación de nuevas tecnologías aceptándolas en su vida de una manera más natural que sus antecesores; no sólo por su mayor capacidad adaptativa a estos cambios, sino por la hostilidad del entorno que los obliga a resguardarse en virtualidades más tranquilas.
Para definirla y hacerla más comprensible para otras generaciones, algunos la llaman “generación del pick & mix”, aludiendo al hecho que van formando su identidad picoteando aquí y allá, sin querer identificarse a un grupo en particular. Otros la han llamado la “generación pulgar”, considerando que tienen más fuerza en sus pulgares gracias a los videojuegos y al tecleo de los SMS.
Siguiendo la consigna de Jorge Luis Borges: “Lo que no haga el hombre, lo harán las generaciones”. En fin, veremos los entornos de este 2018 a través de otros menesteres con la conjunción y los estilos que dará el mensaje de las generaciones.
¡Feliz año!