Multitud de mexicanos consideran inútil la revocación de mandato que propuso el presidente de México y que fue aprobada por la Cámara de Senadores la semana pasada; esta ley, “es el mecanismo de democracia participativa por medio del cual los ciudadanos ejercen su soberanía para revocar o retirar de un cargo de elección popular al candidato que resultara electo en la última elección en su distrito o circunscripción electoral, ya sea del Poder Ejecutivo o Poder Legislativo federal” (Capítulo 1). Los argumentos más invocados por los ciudadanos que la rechazan, son que es inútil porque más 30 millones de ciudadanos votaron por el actual presidente y además, qué caso tiene gastar altas cantidades de dinero en la revocación cuando hay tanta pobreza y necesidades urgentes en el país.
Se respetan las opiniones de todos. No obstante, esta semana se realizó una revocación de mandato para destituir al gobernador de California en los Estados Unidos, no es la primera vez que se presenta un hecho así, en 2003 los californianos votaron por la revocación del gobernador demócrata Gray Davis y reemplazarlo por el republicano Arnold Schwarzenegger, el gran actor y éste ganó.
Newsom, el actual gobernador fue elegido en 2018 y el año pasado un grupo de californianos conservadores criticaron su mandato en materia de inmigración, impuestos, pena de muerte y la crisis de las personas sin hogar en el estado, presentando una solicitud de destitución a finales del año pasado en medio de la ira por los confinamientos de Covid-19 y otras restricciones impuestas por Newsom.
El resurgimiento de la pandemia y la frustración por los incendios forestales, la sequía y las crisis de personas sin hogar en el estado, infundieron un nivel inesperado de impulso en la gestión del gobernante, lo que causó preocupación entre sus aliados, mientras que los votantes republicanos estaban muy entusiasmados y motivados para votar en contra del gobernante, aunque es probable que el surgimiento de la variante delta le permita mantener su gobierno.
La revocación californiana contenía 2 preguntas: 1- ¿Debe ser destituido Gavin Newsom de su cargo como gobernador? SI -NO. 2. Si Gavin Newsom es destituido, ¿quién debería sustituirlo como gobernador? Se presentaron casi 24 candidatos republicanos, 9 demócratas y 13 de un tercer partido o sin partido, inusitado, 46 aspirantes.
En una encuesta publicada la semana pasada por el Instituto de Estudios Gubernamentales de la Universidad de Berkeley, el 67% de los votantes encuestados latinos rechazaban el intento de destitución, los latinos son el mayor grupo étnico de California y una parte crucial del electorado, California tiene 22 millones de votantes.
Los conocedores de la población californiana opinaban que Gavin Newsom, ganaría la revocación porque el electorado californiano hoy es muy diferente al de 2003 fecha de la primera revocación: Es más hispano y asiático, también más joven. Los hispanos representan más de una cuarta parte del padrón electoral y son demócratas, los republicanos son menos, además, a medida que esos bloques de población aumentan, el electorado se rejuvenece y son tendencias que podrían favorecer a los demócratas que han aumentado su hegemonía en California, que es considerado un estado “Santuario”: protector de migrantes.
Hoy California tiene 22 millones de votantes empadronados y los republicanos dicen que la tendencia se ha mantenido y solo 5 millones, o una cuarta parte del electorado, está afiliada a ese partido. Los demócratas agregaron 3 millones de afiliados.
El mandato de Newsom terminaría en enero de 2023, y la revocación de mandato realizada el pasado martes parece haberlo ratificado como gobernador en las grandes regiones suburbanas ya que de los casi 10 millones de votos contabilizados más del 60 % están a favor del mandato de Newsom. En Los Ángeles y San Francisco los porcentajes a su favor son muy altos, de manera que su ratificación como gobernador va por buen rumbo, aunque hay condados en los que la oposición es alta.
En fin, quise citar ampliamente este caso de revocación de mandato para que la oposición de este País pierda el miedo y se ponga a trabajar con sus electorados tradicionales, aunque le está pidiendo a AMLO que termine su sexenio sin regateos, o sea, no quieren entrarle. Esto aún no se acaba.