Quizá el megaproyecto de la 4T más cuestionado es sin duda el aeropuerto de la ciudad de México, que los mexicanos de provincia y más los del norte, no alcanzamos a dimensionar. Sin embargo, no han faltado comentarios de críticos y comentaristas, que se asumen como expertos en contra de la construcción del nuevo aeropuerto y la cancelación del que estaba en proceso en el lago de Texcoco.
El actual aeropuerto internacional de la Ciudad de México (AICM), Benito Juárez, que es la principal puerta de entrada al país, está cerca del punto de saturación. A finales del año 2001 Vicente Fox anunció la construcción de un nuevo aeropuerto en la zona de Atenco, Edo. de Méx. Sin embargo, en el año 2002 tuvo que cancelarse por las presiones de los ejidatarios de la zona que se opusieron al proyecto.
Durante su campaña en 2012, Enrique Peña Nieto, presentó un nuevo proyecto, ubicado en terrenos federales al este de la Ciudad de México, en el lecho del Lago Texcoco. Este proyecto, también conocido como Nuevo Aeropuerto Internacional de la Cd. de México, NAICM, protagonizó numerosas controversias.
Para su construcción, se presentó el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el cual omitió —quizá a propósito— las implicaciones que habría sobre el Lago Nabor Carrillo, tal como lo revela José Luis Luege Tamargo, ex-Director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y ex-titular de la Semarnat durante las administraciones panistas. La conclusión fue, que la MIA había sido un mero trámite “justificatorio” para aprobar el proyecto. Luege Tamargo, elaboró un extenso informe advirtiendo que el principal riesgo de construir el Nuevo Aeropuerto en la zona federal del Lago de Texcoco, representaría un altísimo riesgo para el proyecto mismo y para la metrópoli, porque provocaría inundaciones y hundimientos en muchas zonas de la Ciudad de México.
Durante su campaña presidencial, Andrés Manuel López Obrador propuso construir el nuevo aeropuerto en la Base Aérea Militar N.º 1 de Santa Lucía. En octubre de 2018, días antes de que asumiera la presidencia de México, un consejo ciudadano conformado por académicos y organizaciones llevó a cabo una consulta popular, que determinó la cancelación definitiva del aeropuerto que se planeaba construir en el lecho del ex lago de Texcoco. El 49% de los mexicanos decidió que la ubicación de la nueva terminal aérea fuera tomada con base en estudios de aeronáutica y no en la opinión popular. El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, declaró que la cancelación tuvo un costo estimado en 71 mil millones de pesos.
El costo del nuevo aeropuerto será de $79 mil millones, muy inferior al del aeropuerto de Texcoco, que habría costado más de $300 mil millones. Al nuevo aeropuerto hay que agregarle el valor total no recuperable, para finiquitar los 692 contratos pendientes del proyecto cancelado.
Sin embargo el lago de Texcoco y la infraestructura dejada por el cambio, será aprovechada al construir un gran Parque Ecológico, con un área de 12,300 hectáreas cuyo objetivo es que la zona sea una pieza clave de la infraestructura hidrológica de la Zona Metropolitana del Valle de México, y que ayude a mitigar riesgos a la salud, a la integridad física de las personas y al medio ambiente.
La construcción del nuevo aeropuerto está a cargo del Ejército Mexicano ubicado ahora en la base de la Fuerza Aérea de Santa Lucía, en el Estado de México, llevará el nombre de Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el cual está localizada en Zumpango, Estado de México, a 45 km del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, y junto con el Aeropuerto Internacional de Toluca, conformarán una red aeroportuaria integral de la zona metropolitana de la Ciudad de México.
El diseño del proyecto estuvo a cargo del despacho FGP Atelier, que dirige el arquitecto Francisco González Pulido, arquitecto mexicano egresado del Tec de Monterrey, con gran experiencia en el diseño de aeropuertos y grandes construcciones en diferentes partes del mundo, por lo que no es ningún improvisado en el tema.
Con el aeropuerto en Santa Lucía se tiene la posibilidad de crear un centro de conectividad internacional, que formará parte de un sistema integrado que sumará en total 7 pistas aéreas, entre esta terminal, el actual aeropuerto internacional Benito Juárez y la terminal aérea de Toluca. Además se construirá un tren ligero que una las terminales.
Se estima que este proyecto, se construirá en varias etapas, la primera de las cuales tendrá capacidad para manejar 20 millones de pasajeros, la segunda 54 millones y la tercera 84 millones. Si después de completarlas se decide proceder hasta lograr su máxima capacidad, se podría tener un complejo aeroportuario de hasta 160 millones. Como referencia, el aeropuerto de Atlanta, actualmente uno de los más grandes del mundo, tiene una capacidad para 100 millones de pasajeros por año.
Con este artículo, termino la serie relacionada a los 4 megaproyectos de la 4T. Pero ¿cómo se beneficia el país con ellos? Eso lo comentare en mi próxima colaboración.
Rodolfo Garza Gutiérrez