Pasamos los festejos mexicanísimos de las fiestas patrias y en todos estos días hemos estado reflexionando sobre lo que es la libertad y la independencia que, sin temor a equivocarnos, es el valor más preciado para todos los seres humanos.
De hecho, recordamos los conceptos aprendidos en las aulas de Monte Fénix en la especialidad en adicciones, cuando al aprender el origen de la palabra adicción supimos que nada tiene que ver con lo que algunos piensan que es a (sin) dicción, es decir sin palabras o sin habla.
Adicción proviene del latín adictus, que en el derecho romano arcaico era un deudor insolvente quien era asignado como esclavo a su prestamista, mediante la orden de un juez, igual que las drogas, el alcohol y el juego de apuestas puede llegar a esclavizar a quienes se hacen dependientes de la sustancia o conducta adictiva.
En esa interesante definición observamos cómo después de no tener para pagar, el individuo termina convirtiéndose en esclavo de quien le prestaba, como sucede con las adicciones, en las que las sustancias o conductas patológicas estuvieron brindando por un tiempo, cierto tipo de placer a los consumidores, hasta perder el control y tener que vivir esclavos de lo que un día les parecía maravilloso.
En algunos grupos de Alcohólicos Anónimos, a propósito de esa definición, al entrar se encuentra un marco grande con una ilustración de un hombre con grilletes atrapado por una botella, lo que en principio parece una imagen muy cruda, pero al conocer los efectos devastadores de las adicciones, puede entenderse con claridad que, en efecto, eso es lo que sucede una vez que se ha perdido el control y han comenzado las irremediables consecuencias.
Por ello somos partidarios de todas las campañas preventivas que promueven una vida libre de sustancias o conductas tóxicas, pues la libertad y la independencia son valores inconmensurables de los seres humanos.
Quizás solo los adictos y sus familiares, muchos de los cuales se vuelven codependientes, pueden entender el sufrimiento de la esclavitud de la que estamos hablando y, por ende, valorar una vida libre y sin dependencias.
Los milagros de la transformación de una persona que logra superar el sufrimiento de una adicción o codependencia, esos que causan lágrimas de emoción en las familias, son los que pueden dar testimonio de que sí es posible una vida en completa libertad, esperanza y alegría, ya que la enfermedad es tratable y tiene solución, si se desea.
https://www.milenio.com/opinion/omar-cervantes/la-alegria-de-vivir/vivan-la-independencia-y-la-libertad
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