En el primer minuto de abril, los contendientes a la gubernatura de Coahuila arrancaron sus campañas puntuales y emocionados. Los 4 jinetes de una caballada retozona muestran sus potenciales e imágenes en estos dos meses de jornada más abierta digamos.
Por el lado de la alianza infumable PAN-PRI y la pandilla electoral del PRD, Manolo ya siente suya la gubernatura, solamente le falta ganar. Impulsado desde hace 3 años por el caudillo Moreira, nieto de un político que hizo de los cargos públicos una inmensa fortuna y arropado por un grupo de notables que lo protegió al máximo como alcalde, basa su campaña en la CONTINUIDAD DE LOS BUENOS RESULTADOS del gobierno actual, cuando se trata de una simple administración de los negocios de los hermanos sangre y muerte.
Electo por 500 mil coahuilenses, dicen ellos, para la candidatura de la alianza, resulta que la realidad es distinta y ante el descontento social provocado, es necesario que cada 32 minutos nos endilguen en la radio dos mensajes seguidos del muchachito, amén de la entrega de despensas, becas y material de construcción dada por Riquelme y Jaime no tan Bueno, horas antes del inicio de su campaña.
Si de verdad hubiera tenido esos votos, ¿para que entonces la necesidad de movilizar al aparato gubernamental completo a los mítines?, ¿Por qué la necesidad de contar con un cuarto de guerra sucia comandado por David Aguillón?, ¿Por qué la entrega de despensas y materiales al último minuto?
Aun cuando la encuesta de Electoralia lo coloca con 36% de las preferencias de arranque, su equipo asesor ha cometido fallas garrafales como la de dejar fuera de sus eventos a militantes del PRD y organizar un mitin en un edificio público como es el Teatro de la Ciudad en el cual solamente fueron invitados un selecto grupo de funcionarios en un acto discriminativo para la militancia.
Por otra parte, hay que recordar que la supuesta alianza con el PAN la hizo solo con su dirigencia y que ese partido no tiene militantes sino simpatizantes que no están convencidos con esa rara alianza. El aspecto positivo de esta campaña es la inclusión de jóvenes que podrían dar en el último minuto la ventaja y entonces el moreirato renace en su 4ta fase.
MORENA y el segundo intento de Guadiana de ser gobernador, significa sin más al oficialismo federal, aunque no tan convencido con su candidato, que ha hecho negocios toda su vida, al amparo del poder.
Una plataforma nada despreciable de votos que fue decayendo desde 2018 cuando llegó a su cúspide al ser electo senador por el efecto Peje.
Derrotado en la elección a la alcaldía de Saltillo, definitivamente perdió pisada como para ser electo candidato de Morena al gobierno de Coahuila, sin embargo, muchas son las versiones de esa nominación.
Con un discurso sin estilo y menos aún un enfoque a los sectores de la población basa su confianza en la plataforma de ese 2018 que ya no existe y que fue arrebatada en la división que se dio con el PT que se llevó hasta hoy día a un 35% de la militancia morena.
Guadiana ve cada día el desgrane de la mazorca y piensa en los negocios que deberá iniciar como compensación a su derrota y tal vez sea una sorpresa por allá de los idus de mayo.
La imagen que proyectó por ejemplo al momento de su registro ante el IEC fue la de un adulto que se arrastraba cansado y sin aliento. Electoralia lo sitúa con el 29% de preferencias.
Desde el PT el llamado Tigre Mejía, a quien ya no tildan de acapulqueño sus detractores, es el candidato que en realidad ha ido avanzando en estos pocos días de campaña. Con un discurso dirigido a los descontentos del régimen y vaya que los hay. Va a la búsqueda del sector popular y de los jóvenes de entre 18 a 30 años y dependerá en mucho del cambio de temas para irlos sumando. Se dice que trae muchos datos en su costal que pudieran ir hundiendo al oficialismo local y sus dueños. Electoralia refiere un 23% de preferencia.
Por último, Lenin y la UDC con el 5% de preferencias acecha a quien logre para mediados de mayo situarse más cerca de la alianza del PRI-PAN, para ir a entregar su haber político y colocarse como senador plurinominal en 2024. Pero ya veremos.
En materia electoral es válido recordar la frase de José Revueltas: “La realidad tiene su lado moridor”.