Ya basta de impunidad. ¡Fuera el fuero, gritamos todos!
Luego de los recientes escándalos en Texas, de dos coahuilenses protegidos por sus poderosas familias (de políticos y empresarios): Antonio Juan Marcos Villarreal (hijo de Salomón Juan Marcos Issa, exalcalde y exlegislador; empresario textilero) y de Alejandra Saldívar Torres (hija de Ricardo Saldivar Vaquera, diputado local y magnate gasolinero), queda claro que delinquen los padres y lo hacen los hijos. Unos y otros, amparados en el dinero, en los negocios fáciles y el poder político, devenido en fuero por los cargos de elección popular.
Y la pregunta es sencilla, aunque la respuesta no lo sea tanto. ¿Una vez teniendo fuero, se les ocurre delinquir, o son delincuentes y usan su poder y su dinero para hacerse del fuero y estar protegidos en sus actividades ilícitas?
¿Compran candidaturas y posiciones de privilegio en las estructuras del gobierno, para incursionar en las grandes ligas del negocio fácil? Este que, por ejemplo, ya construyó una fiel ruta delincuencial, que corre libre de Coahuila a Texas. Ruta tan socorrida por políticos y empresarios, y tantos que son ambas cosas. Destacados roles cobran los personajes y los negocios, en este Moreirato, que azota la entidad. Nadie parece escapar de esta tentación y de esta mafia (que solo tiene puerta de entrada). Y los jeques, tienen el escaparte mejor: mandatarios o exmandatarios.
¿Y ahora quién podrá defendernos? El gobierno federal que es la instancia competente, anda liado. No puede atender las minucias locales en el país, porque las de él, son de enormes peculados y tanto desgobierno. Pero por ello, los gobiernos estatales andan desatados: en Deudas tamañas; crecientes e injustificadas. En los negocios y las complicidades. En la soberbia como nueva forma de gobernar. Espiando, grabando, censurando y comprando medios y voluntades (comprando del tipo de acallar y comprándolos enteros, algunos). Asociados con el crimen o recibiendo prebendas infernales (en suburban retacadas, con maletas de la muerte).
La insurgencia brota y lo hace desafiante ante las defensas legales que se hincan ante el poder. Entonces algo surge, algo sucede. Coahuila despierta de una forma agresiva. Autodefensas se arman en la clandestinidad y a manera de guerrilla subterfugia, aflorarán paulatinamente. La justicia del pueblo es implacable, pero conlleva sangre y muerte, irremediablemente. El gobierno corrupto y represor, habrá de asustarse tanto. Nuestros afligidos ojos, lo verán claramente.
La historia nacional y local, sabe de emancipaciones populares, de ellas, (de las luchas de independencia y de levantamientos para el derrocamiento de los malos gobiernos), están pletóricas las páginas de esta historia mexicana y coahuilense. Ella, la historia, es la mejor maestra; nos repetirá la lección, una y otra vez, hasta que la aprendamos.
¡Fuera el fuero, y juicio a los traidores!
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