Tras más de tres años de conflicto, la situación en Yemen es dramática. La violencia ha arrasado con el que ya era el país más pobre del mundo árabe y miles de niños han resultado heridos o han muerto y más de 5 millones se encuentran en riesgo de hambruna.
Los bombardeos son constantes y muchas personas han perdido su hogar. Los puertos y los aeropuertos están en ruinas, los hospitales no tienen medios para atender a los pacientes y el bloqueo al que está sometido el país ha provocado que haya escasez de alimentos o medicinas, proliferando enfermedades como el cólera.
Cerca de 22 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para poder sobrevivir y se estima que hay 2,5 millones de niños que están sin escolarizar. La guerra se sigue alargando y no se atisba una solución a corto plazo.